sábado, 22 de junio de 2019

Sin título

Regresar silenciosamente convertida en una tienda, un súper que lo contiene todo y está listo para ser vendido por partes, eligiendo con detalle el contenido de lo que cumple ciertas necesidades balanceadas únicamente proporcionadas por uno mismo.
Sospecho breve-mente que  fui cayendo en mi propio juego infinito.
Estoy molesta con la pequeña gran parte de mi ser que siempre amé con una rabia contenida; esa parte que se aferra a lo material y contempla el cuerpo que desprende de un mundo maravilloso y puro. El visual que siempre me propuse despreciar por no poder ser nunca algo parecido y hacer algo de su imagen algo mejor para mis seres queridos.
Me duele no poder ser lo que no me gusta para diferenciarlo de dentro y a través de las sensaciones que lo contempla, hacer otro nuevo mundo.
No es que no lo vea, no es que no lo sienta, no es que la capa de mis ojos se a negra; lo siento y me llena, lo contemplo y me empuja a seguir, lo pienso... 
Regreso a mí misma y me suelto de la cuerda para sentir ese placentero vacío en mi alma para recordarme que no soy nada.
Reúso el amor que alguna vez me dieron con tantas fuerzas, con tanta rabia, con tanto llanto... y lo siento realmente pero es cómo si mi cuerpo activara direccionales enganchado de un hilo que traspasa el firmamento.
Es cómo si yo escucho que me preguntan cómo es que es una línea vertical, y al mismo tiempo que yo pongo mi dedo en el viento para explicar literalmente, el interesado en la respuesta, mentalizara su respuesta.

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